martes, 2 de junio de 2020

Desarrollo del agarre del lápiz


No todos temenos la capacidad de hacer un agarre perfecto, por eso es esencial que aprendamos lo más importante: que el agarre sea funcional. Al agarrar el lápiz de una forma o de otra, la intención siempre es la misma: efectuar trazos en un papel o utilizar el lápiz como si fuera una baqueta y la mesa como si fuera un tambor. Da igual si el niño utiliza todo el puño o solo dos dedos, debemos primar la funcionalidad, es decir…que cumpla su objetivo final.
La pinza de agarre del lápiz tiene su anatomía particular. Los TO estudiamos el uso eficiente de las manos y ayudamos a los niños a ser más eficientes en sus tareas diarias. El uso deficitario del lápiz, así como otras actividades que implican la motricidad fina, es uno de los principales motivos de consulta que llegan al departamento de terapia ocupacional.
Normalmente, los niños con déficits en el agarre del lápiz solo están posicionando sus dedos de forma incorrecta y, con un poco de entrenamiento, superan rápidamente este problema. 

Schneck & Henderson (1990) estudiaron la progresión de la prensión del lápiz en los niños, y, aunque hay ligeras variaciones para cada uno de los grupos, aquí enumero algunos ejemplos de lo que observamos típicamente, desde menor a mayor madurez:
Empuñadura – Agarre palmar – Agarre cilíndrico: Aunque este agarre lo podamos nombrar de diferentes maneras, esta es la posición que solemos ver cuando el niño sujeta el lápiz básicamente con todo el puño. Este es el agarre más inmaduro, pero es parte esencial en el desarrollo de la escritura. Es la forma de coger el lápiz que solemos observar en niños muy pequeños, de hasta 2 años.
Prensa digital pronada:  Normalmente aparece entre los 2 y 3 años. Los dedos sujetan la herramienta, el hombro comienza a ser más estable y por eso los movimientos comienzan a ser más distales (naciendo del codo y el antebrazo).
Pinza cuadrípode: Suele aparecer a los 3 años y medio/4 años. Los cuatro dedos participan en el agarre. Ahora el movimiento procede de la muñeca y la mano. Hay mayor estabilidad de hombro y codo. Inicialmente sigue siendo un agarre estático, pero puede ir evolucionando a uno más dinámico.
Pinza trípode: Aparece entre los 4 años y medio, pero sigue desarrollándose y perfeccionándose hasta los 7 años. En ella participan el dedo pulgar, índice y corazón. Al principio, los dedos funcionan de manera unitaria, pero posteriormente madura hacia una pinza trípode dinámica.

*NOTA IMPORTANTE: El TO podrá clasificar como INMADURO aquel agarre que, por edad, esté menos evolucionado. Por ejemplo, un niño de 4 años que sigue haciendo agarre cilíndrico, se considerará deficitario.
Normalmente observamos otros tipos de agarre que NO cumplen los criterios de funcionalidad y, por ese motivo, los clasificamos como “deficitarios”. Para que los entendamos, os muestro un par de ejemplos a continuación:
Pinza interdigital: El lápiz se estabiliza entre los dedos de la mano. El niño, normalmente, utiliza este agarre cuando necesita más estabilidad en la mano. Esto puede ser a causa de debilidad muscular, rigidez articular, y un largo etcétera.
Pinza con la yema de los dedos: El lápiz se controla con la punta de los dedos. Normalmente son el meñique y el anular los que lideran el movimiento. Es normal que este agarre haga una breve aparición en el paso de digital pronada a prensa cuadrípode en el desarrollo natural de la mano, pero pronto desaparece ya que no aporta estabilidad en la mano ni control del lápiz durante su uso.
Hay una serie de requisitos que debemos potenciar y conseguir antes de esperar un agarre/uso funcional del lápiz. Es importante que, si detectamos problemas en esta área, observemos con atención los siguientes componentes:
Estabilidad Proximal: Decir esto de “estabilidad antes que movilidad” es como un mantra para los terapeutas. Es esencial que el niño desarrolle una base estable para realizar los movimientos finos de forma apropiada. Esto se traduce como buena postura en la silla, musculatura escapular estable y antebrazos encima de la mesa.
Estabilidad de la Mano: Es aquí donde el concepto “disociación de la musculatura de la mano” toma importancia; En una prensión madura del lápiz, los dedos que trabajan son el pulgar, el índice y el corazón, mientras que el anular y el meñique reposan en la mesa sirviendo de base para la escritura.
Movilidad de la mano: El pulgar, el índice y el anular son los dedos encargados de mover el lápiz. Esto ocurre gracias a pequeños movimientos necesarios para crear trabajos finos y delicados como la escritura. Los músculos de la mano necesitan desarrollarse para que el resto de los dedos no tengan que acudir al rescate, dando como resultado un agarre deficitario y complejo.
Otro grupo importante de componentes que influyen en el agarre son la motivación, la integración bilateral, las habilidades perceptivas y cognitivas, la coordinación visomotora, la planificación motora, la memoria y un largo etcétera que seguro que el Terapeuta Ocupacional observará y potenciará con el objetivo de mejorar las áreas deficitarias.


Hay numerosos estudios e investigaciones que tienen este tema como objetivo, pero la realidad es que no hay datos concluyentes sobre si un tipo de agarre u otro es mejor o peor…lo que si podemos determinar es que, con frecuencia, sea por la poca legibilidad de la escritura o por quejas directas del niño, llegan a la clínica consultas relacionadas con la habilidad de coger y utilizar el lápiz. Enumero las más comunes a continuación: 
 
Tensión, sobrecarga o estrés biomecánico en las articulaciones de la mano.
Dolor o cansancio durante la escritura.
Escritura lenta. 
Agarre inmaduro que indica inestabilidad o falta de movilidad.
 
Es difícil tener un tratamiento milagroso que mejore drásticamente la escritura, pero con trabajo duro, reajustes y constancia, podemos ajustar las habilidades manipulativas de los niños y ayudarles así a tener un mejor control del lápiz y de otras herramientas que utilizamos con las manos, como tijeras, troqueladoras, pinceles, cubiertos y un largo etcétera. 
Los terapeutas ocupacionales podríamos estar horas y horas hablando sobre la mano y sus tipos de agarre, sobre como muchísimos componentes están involucrados e influyen las habilidades manipulativas y académicas, pero lo importante aquí es saber que todo se puede entrenar y mejorar con esfuerzo y constancia. Nadie tiene una barita mágica que haga que funcionemos a la perfección, pero con ilusión, paciencia e interés podemos convertirnos cada día en la mejor versión de nosotros mismos. Si a un niño le gusta pintar…¿es realmente importante de qué manera coja el lápiz? Para mí, no. Lo importante es que sea feliz, funcional y autónomo.

Por Rosa Turégano, Terapeuta Ocupacional de Centro Sie7e.

No hay comentarios:

Publicar un comentario