jueves, 28 de mayo de 2020

Aprendemos a retirar el pañal

Con la llegada del buen tiempo y el calorcito, además de pensar en la playa y en los paseos por el campo, todos los padres con hijos de entre y dos y tres años nos planteamos la retirada del pañal. 

Lo primero que debemos tener en cuenta es que el control de esfínteres es un proceso fisiológico y que requiere de la madurez suficiente no sólo de los órganos implicados, si no que requiere también cierta madurez cerebral.

¿Qué debemos tener en cuenta antes de la retirada del pañal?

1.  El niñ@ debe ser capaz de mantenerse seco al menos una hora

Me imagino que os preguntaréis cómo podemos ser capaces de saber si nuestro pequeño está seco durante al menos 50 minutos, pues por ejemplo haciendo una tabla de registro donde iremos anotando cada vez que se hace pipí y la hora de forma, también podemos poner una alarma cada cierto tiempo e ir comprobando si esta seco. Lo importante al final es que controlemos el tiempo que es capaz de aguantar, así que mi recomendación es anotarlo. Si el niño no es capaz de aguantar al menos 40 o 50 minutos seco no intentaría la retirada del pañal, pues en uno de los indicadores de que fisiologicamente aun no está preparado

2. El niñ@ debe ser capaz de mantenerse sentado en el orinal u WC al menos uno o dos minutos

Y pensaréis... ¿por qué tanto tiempo sentado? Si cuando yo tengo que ir al baño me siento y hago pipí inmediatamente (con la caca a veces no es tan fácil) Pues bien cuando estamos aprendiendo una tarea y,  aún más, cuando es fisiológica necesitamos (y perdonad la redundancia) aprender a sentir cuales son las señales que preceden al acto de orinar o defecar, para así ser capaces de predecirlas en otros momentos.

Y creo que esta es la parte más difícil del proceso, puesto que mantener aun niño de 2/3 años sentado durante uno o dos minutos, con los millones de cosas interesantes que hay en el mundo...es una tarea titánica.

Pensaréis que soy una exagerada, y aquí viene el pero: os recomiendo que durante ese tiempo que esté sentado no esté haciendo otra cosa. Así que olvidaos de móvil o tablet para entretenerlo durante los dos minutos de rigor, lo suyo es que permanezca sentado y atento a esas señales de las que hablábamos. Además corremos el peligro de que quieran sentarse en el wc u orinal solo para que le des el dispositivo. Si durante ese tiempo no hace pipí, no pasa nada, nos levantamos y lo volvemos a intentar pasado 5 o 10 minutos, sobre todo si estamos cercanos a su hora de aguante.

Si en ese tiempo hace pipí podemos dar algún refuerzo, para mi el más interesante es el refuerzo social, es decir reforzar verbalmente la conducta positiva. Hay otro tipo de reforzadores, como un regalito (por ejemplo un juguetillo o una chuche, o un tiempo en un dispositivo electrónico) pero me parecen más peligrosos, ya que se acostumbran muy fácilmente a que haya un premio y luego es más difícil de retirar.

En mi opinión hacer “una fiesta” de vítores después del pipí o la caca es suficiente.

3. Debe presentar algún indicio previo a orinarse o sentir que se ha mojado

Hay niños que se dan cuenta muy pronto de esa sensación que antecede al pipí o la caca, otros tardan un poco más. Pero lo importante es que se den cuenta de que estén mojados o manchados, atención que esto no quiere decir que estén incómodos; algunos si lo estarán, pero a otros le divierten la sensación de estar mojado e incluso jugar con el charquito o con la caca, lo importante es que realmente se den cuenta de que ha ocurrido algo diferente.

4. Debe ser capaz de seguir órdenes sencillas

Como ya anticipé anteriormente, ser capaz de controlar esfínteres requiere de madurez no solo fisiológica sino también cognitiva, el peque debe ser capaz de seguir órdenes sencillas del tipo: ven, quítate la ropa, siéntate, espera... Si estos prerrequisitos básicos aún no se han adquirido lo mejor será esperar, no es bueno forzar una situación para la que el niño aún no está maduro y podemos perjudicar más que favorecer un proceso que con un poco más de tiempo y maduración fluirá sin inconvenientes.

Si nuestro pequeñajo ya cumple con estos requisitos, podemos empezar con la temida operación pañal. Debo advertir que, como cualquier otro proceso de aprendizaje, habrá niños que lo adquieran más rápido y con mayor soltura que otros, pero no desesperemos: la paciencia y la calma deben estar siempre presentes en este aprendizaje.

Si vemos que nuestro pequeñ@ aún no está preparado no pasa nada, podemos ir haciendo cosas que nos vayan ayudando para después, como llevarlos cuando alguien de la familia vaya al baño y haciendo el proceso lo más natural posible.

Hay algunos cuentos que nos pueden ayudar en la retirada del pañal, os dejo aquí una relación de los que más me gustan a mi:

- "Puedo mirar en tu pañal." Ediciones SM de Guido Van Genechten

- " El libro de los culitos." Ediciones SM. Guido Van Genechten

"Todos hacemos pipí." ED librosaurio.Frederique Loew

 "¿Qué es la caca?" Ed. Usborne


 - "El orinal de Lulú." Ed. SM Camilia Reid


 Libros hay un millón. A mi, personalmente, me gustan estos pero hay para todos los gustos y colores, así que id mirando cual es el que más encaja con vosotros. 

Procedimientos para la retirada

Hay dos tipos de estrategias que podemos seguir a la hora de retirar el pañal:

1. De forma progresiva

Esta forma de retirada del pañal es, por llamarla de alguna forma, más cómoda para los padres pues hay ratos en los que se mantiene al niño con el pañal. A veces, por el trabajo o porque el niño está con otros familiares, no podemos estar constamente vigilando el proceso de aprendizaje, por lo que hay momentos que el niño sigue llevando el pañal. Esto puede verse como una ventaja pero, según mi experiencia, suele alargar mucho el proceso de aprendizaje, confundiendo en muchas ocasiones a los niños y haciendo que no sea tan efectivo.

Como os digo, es una forma de hacerlo tan válida como otra cualquiera, pero no tan efectiva. Así que, si es posible, yo lo haría de forma única.

2. De forma única

Cuando hacemos la retirada de forma única realmente lo que hacemos es prácticamente eliminar el pañal de la rutina diaria del niño excepto para las siestas (si es que aún las tiene) y la hora de dormir (ya que aguantar toda la noche,  a veces, requiere un poco más de tiempo).

El contra de esta forma es que, los padres y familiares cercanos del niño debemos estar muy pendientes en los primeros días a la situación, pues cada 40  minutos o una hora debemos recordar al niño que debe hacer pipí.

Que cosas debemos y no debemos hacer en la retirada del pañal

1.  Nunca debemos regañar o hacer sentir mal al pequeño porque haya habido un escape, ni 7, ni 8. Como hemos visto, los procesos de aprendizaje conllevan errores, y,  aunque a veces nos sintamos desbordados por la situación, nunca debemos hacer sentir al niño culpable porque haya habido escapes de pis o caca.

2.  El procedimiento cuando esto ocurra es de total implicación por parte del niño: él debe retirar la ropa manchada, ayudar a limpiar y a asearse,  y luego volverse a vestir. Si aún no consigue hacer estos pasos por si mismo (no os agobiéis, ya que la mayoría no lo hace) le ayudamos nosotros, pero ojo: digo ayudar, no hacerlo todo. El peque debe ser consciente que los actos generan consecuencias y que debemos, en la medida de lo posible, restaurar aquello que hayamos manchado.

3.  A veces los adultos mostramos mucha animadversión por los deshechos de nuestro propio cuerpo y eso el niño lo nota y en ocasiones perciben que el pis o la caca son cosas malas y se aguantan para no hacerlo, cosa que perjudica seriamente el proceso de aprendizaje. Ya que, cuando nuestra vejiga esta llena, el pis saldrá queramos nosotros o no y a la hora de defecar el aguantarse puede generar que las heces se endurezcan y provoque estreñimiento, con el dolor que ello conlleva posteriormente para la expulsión, confirmándole al niño que realmente aquello es algo malo. Debemos actuar con total normalidad y dejar incluso que el niño experimente con sus deshechos, que los tire al wc si lo hace en el orinal, que lo vea en la taza antes de tirar de la cadena, incluso hay niños que saltan sobre su pipí (no voy a animarlo a hacerlo pero tampoco le regañaré si lo veo). Está experimentando, y reconozcamos que es un poco asqueroso, pero la mar de divertido.

4. Cada vez que vayamos al baño nos lavaremos las manos, así vamos adquiriendo de paso normas de higiene que nos vendrán fenomenal luego.

5.  Es bueno ir dejando cada vez más espacio entre cada micción, de forma que demos tiempo al niño a explorar sus propias señales y que se vea en la necesidad de pedir ir al baño, ir solo o hacerse encima. Todas estas posibilidades nos generan la posibilidad de aprender, así que los papás debemos ir retirándonos cada vez más del acto para dar paso al aprendizaje.

Espero haber ayudado o despejado dudas acerca de este aprendizaje por el que todos pasamos, y si tenéis alguna duda no os cortéis y preguntad lo que queráis. Si habéis llegado leyendo hasta aquí muchas gracias por la atención.

Por Trinidad Cosano, psicóloga de Centro Sie7e.


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